La mañana alumbra a sus pasajeros
está alerta. Tierna frescura
la bienvenida difunta
con el espanto del pincel
Silenciosa
Cayendo en el pasado
Diez besos. Los besos dispararán
Caeremos cerca del sol
Alumbrará tu cara apagada
tus flores apagadas
tus besos apagados
tu blanco corazón
jueves, 16 de agosto de 2007
lágrimas de luna caían entre sus piernas
Los metales admiraban como alabando a esa imponente masa de blancas lágrimas danzando por la inmensidad del cielo, como buscando eso inesperado que toda su vida anheló. No importaría como lo conseguiría: lo haría y nada más.
Sin pensarlo robó el aire que mantenía la vida en los pulmones de los individuos locales, sin pensarlo siquiera lo hizo...mi nada más ni nada menos. Una profunda melancolía surgió de la nada, o mejor dicho, del todo. Sintiendo el impacto terrenal, la naturaleza latente echó sus manos a andar; suspicaces e inmóviles. Una mirada bastó para que las montañas temblaran al mismo tiempo que ocurría su fragmentación. Los mortales presentes del inefable espectáculo no podían creerlo, sus mentes no estaban preparadas para aquello.
Se mataron unos a otros con navajas hechas de ilusiones secas y fantasías deshechas, sólo para conseguir una partícula al menos del mundo que destruyeron.
Las nubes enfadadas taparon los sueños de los niños, despiadadamente.
Los pájaros comenzaron a alimentarse de los ojos de los seres, consumiendo su visión y sus recuerdos púrpuras. La confusión atacó donde más dolía mientras que para la desfortuna colectiva, lágrimas de luna caían en sus piernas, en sus brazos, en su rostro y en su alma.
Por último una melodía fuera de lo convencional en río se convirtió. Sonriendo dijo: nunca más.
(Y el ocaso no se hizo esperar)
Sin pensarlo robó el aire que mantenía la vida en los pulmones de los individuos locales, sin pensarlo siquiera lo hizo...mi nada más ni nada menos. Una profunda melancolía surgió de la nada, o mejor dicho, del todo. Sintiendo el impacto terrenal, la naturaleza latente echó sus manos a andar; suspicaces e inmóviles. Una mirada bastó para que las montañas temblaran al mismo tiempo que ocurría su fragmentación. Los mortales presentes del inefable espectáculo no podían creerlo, sus mentes no estaban preparadas para aquello.
Se mataron unos a otros con navajas hechas de ilusiones secas y fantasías deshechas, sólo para conseguir una partícula al menos del mundo que destruyeron.
Las nubes enfadadas taparon los sueños de los niños, despiadadamente.
Los pájaros comenzaron a alimentarse de los ojos de los seres, consumiendo su visión y sus recuerdos púrpuras. La confusión atacó donde más dolía mientras que para la desfortuna colectiva, lágrimas de luna caían en sus piernas, en sus brazos, en su rostro y en su alma.
Por último una melodía fuera de lo convencional en río se convirtió. Sonriendo dijo: nunca más.
(Y el ocaso no se hizo esperar)
Etiquetas:
nazareno chávez,
producciones del taller
dónde está la llave? (traducción libre de juan gelman)
Dónde está la llave de tu corazón?
lo que pasará será malo
no me dice nada
me dejará temblando
dónde está el corazón ahora?
un sentimiento de miedo baila
ya sin ojos por la fiebre
y sin querer agua
Debajo del canto está la voz
debajo de la voz está la falla
que no dejará más
de caer de mi boca
lo que pasará será malo
no me dice nada
me dejará temblando
dónde está el corazón ahora?
un sentimiento de miedo baila
ya sin ojos por la fiebre
y sin querer agua
Debajo del canto está la voz
debajo de la voz está la falla
que no dejará más
de caer de mi boca
camino a tus ojos
Avanzas sin querer
pero si queres
podés volar en mi voz
tan chillona
Podés pasar un camino
que va a tus ojos
aspirás a tu árbol
Ay!
vas andando sin rumbo
Dormí todo
con la voz y el camino
vas pasando mañana
si vinieras
Etiquetas:
Carolina Genoud,
producciones del taller
El barco de mis sueños
El barco de mis sueños,
quiero decir el barco de mis sueños
se siente en tu pasado como el mío.
Abro la puerta del tiempo atrás
y lo veo navegando sin parar.
Tu silencio deja caer una lluvia
tranquila
relajada
que me duerme como a un bebé
Me quedaré quieta
oyéndola
soñando con mi barco.
Con un pincel rojo lo nombro
"Roberto"
El tiempo pasó
y mi amado barco se hundió
atado al muelle
en el pasado
debajo de la profundidad.
la imagen por gentileza de flickr
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Guadalupe Comas,
producciones del taller
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